José Luis Barrientos León

Requiem de abandono

 

Camino lento, como olvidando mis manos que han sido desgarradas por el tiempo

Se amontonan los muertos de mi memoria,

Furores olvidados, pasiones en abandono

Todos juntos en mi cabellera cana, ocultos en las sombras de mis huesos

 

Mis dedos enroscados por los años no distinguen piel de acritud

La figura transmuto en sombra lineal, sin costados, sin mirar

El espanto, el pasar del tiempo, convirtió el torso en humedad

 

Qué palabra elevo ahora, donde el cielo guardo mis ojos fijos

Que sonido emite ahora, donde quedo el misterio de lo cotidiano

Alma mía que aún contiene el deseo

Grita, implora. Gime por el sueño y el aroma

 

Susurre a tus oídos, sueños, quimeras, utopías

Han crecido con el tiempo las corrientes sin orillas

Dónde en tu pecho ha quedado mi consuelo

Dónde en tu vientre he olvidado mi niñez

 

Qué palabra digo ahora, que no asesine mi memoria

Que figura miro ahora, que no derribe tu grandeza y tu gloria

Quien soy en esta hora, sin contorno, sin imagen, sin aurora

Sueño soy, quizá un recuerdo, anima sola sin aroma

 

Por fin la noche que tanto espero, trae abrigo y buen refugio

En su sombra de misterio doy cobijo a mi pecho

Gélido frío siento ahora

Soledad que tanto implora, el abandono y tu matriz