Jordan Sanchez

Tesitura de una lágrima

A paso sin fondo,
no te espero,
pero…
borbotones de sangre
suben audaces las estrellas.
Como niños convencidos y miserables:
Pobres niños abandonados
que entre su orfandad aúllan la noche
como muriendo entre una luna fracturada.

Una ruina entre cada hora
¿Qué hora se escapa?

En esta parcela vacía,
cimiento platónico de tu mirada.
Yace mi mirada, deslomada;
ocaso inerte y susurro muerto por huracán.
Travesía y final de motor.

Ya estamos cansados:
El cuerpo y yo.
El  yo y el yo.
Y el  yo que levanto.
Y el yo que sostengo.
Y el yo que te llevaste.
Bajo las ojeras como una pestaña perdida,
como una utopía encadenada a tu ceja;
dulzor esquelético aferrándose a la vida,
a la vida después de la nada, y al polvo.

Desierto/ cierto qué/ abatido el ímpetu/
oasis tejidos/ ausentes/ mentira y silencio.

¿Qué será de ti malabarista de sonrisas?

¿Qué será de tu sismo incesante y locura?

¿Qué será de la palabra extraviada?

Atisbado este momento
de las células de tu ser impertinente:
La llama encadenada y mi sudor.

Y caemos:
en el olvido,
en el pasado,
en los espectros.

Caemos como esta lluvia
invisible y salada hacía adentro.

Y así,
hasta enterrarnos:
Y ser pasos de otros,
y otros…