evans

Perdóname

 

Nieva, y la cima se encuentra

A lo lejos…

 

Nieva y mi alma se siente,

A lo lejos…

 

La herida en mi costado,

Aún duele; el frío me entumeció

Los dedos mojados de sangre,

 -Qué raro- Pensé.

 

Mis pasos pesan toneladas,

Mi suspiro quebranta el

Blanco viento.

Mi corazón está agotado.

 

De momentos, cierro mis ojos,

Y el recuerdo…

[…]

 

Aún presiono la daga

Con fuerza.

Sí, aún.

 

No puedo caer,

El alba recién se pone.

Todavía queda un largo camino.

 

Casi moribundo,

Susurro, una oración que

Eh aprendido de pequeño…

 

-Guíame viento del norte,

Purifica mi alma,

Agradezco el crecer de la

Pradera, con el eco de mí

Mente,

Guíame hacia la libertad… -

 

 

 

El borde del camino,

Que aún sigue verde,

Me dan una extraña esperanza.

 

Quisiera negar que he muerto,

Pero sería renunciar a seguir

Mi camino…

Sería ser un verdadero cobarde.

 

La culpa no desaparece,

Y tristemente recuerdo su rostro;

Fugazmente.

 

Sé que mi destino no es bueno,

Indudablemente allí en la cima

Me esperan mis cobradores…

 

Solo quiero terminar con esto.

 

Estoy a mitad de camino,

Y el viento sigue fuerte,

Casi como reprochándome

Mi vida.

 

A lo lejos ya casi pudo ver

Cuatro hombres con sus rostros

Cubiertos, firmes como

La misma montaña.

 

Mis lágrimas están congeladas,

Y desean tanto como yo,

Ser libre.

 

Me inclino al suelo, para dejar el

Puñal, en el suelo, en manera de

Ofrenda.

 

Y mirando al horizonte,

Simplemente pienso…

¿Es esta la extinción de

Mi alma?

¿Es esta la tan llamada

Puerta de del infierno?

 

A ti padre,

Si te encuentras,

En alguna parte,

Simplemente,

Perdóname…

Que justamente pagaré

por tu muerte.

 

                                                    ©Maximiliano José Cabrera