TOMINAGE

diesciochoavo

 

Somos escasos y tan pocos, Que nuestras cenizas, Luego de cremarnos, No teñirán el mas de aguas abismales.

 

Somos escasos y tan pocos que nuestra sangre, luego de verterla no teñirá el mar de las arenas inmortales.

 

Somos escasos y tan pocos, somos el rezago de lo que fue eterno, somos exíguos y tan magros y sin embargo fuimos atisbos al sempiterno.

 

Somos pamemas del infinito, pasajeros con ribetes panegíricos a nuestra contingencia, a nuestras carencias.

 

Somos unas pocas palabras sin voz y solo conocimos el silencio, el mismo de Dios.

Somos llamitas entre antorchas o antorchas entre hogueras, al cabo lo mismo.

 

Somos vidas versadas en hojas que se queman, y el alma volará a un libro que lo atrapara entre sus paginas, hará realidad las ficciones mágicas de un poeta libre, sin redención que zarpa.