alupego (Ángel L. Pérez)

EN LA OSCURA HABITACIÓN

 

En la oscura habitación,
flotaba el polvo en el aire.
Petrificadas moléculas,
pero volando al socaire,
de las ínfimas corrientes,
que de la garganta salen.
Constelaciones minúsculas,
como bandadas de aves.

En su condición gregaria,
como manadas se embeben.
Como multitud se apegan,
para convertirse en gente.
Cada cual en su reducto,
que le consuela y retiene.
Observando a los de al lado,
pero la mirada ausente.

Yergue del suelo el caído,
pensando en su mala suerte.
El mundo mira hacia arriba,
como buscando escaparse.
Luego mirando sus pies,
anclado a la tierra siente,
que no se puede mover.
Y un suspiro de impotencia,
conmueve todo su ser.

El aire se ha enrarecido.
Agridulce como a sangre.
En el paladar se adhiere,
como una pátina suave.
Y se avivan las miradas,
con los ojos del desastre.
El corazón fuerte late,
como queriendo salir,
del encierro que le abate.
El pensamiento al rescate,
lucha por salir al fin.

Todo se agrupa y separa.
Todo se une y deshace.
Todo se derrota y vence.
Todo lo peor mejora,
cuando el que lo sufre quiere.
Todo se cae y se levanta.
Todo se gana y se pierde.
El caído se levanta,
con la fuerza de su mente.
Todo se enquista y transforma.
Todo muta si se quiere.

En las oscura habitacíón,
una luz para creerse.
Aunque el polvo que se espesa,
tape a medias lo que siente.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
27/12/201