El Hombre de la Rosa

¡¡¡ EL EVANGELIO CÁTARO DE SAN JUAN !!!

 

 

¡¡¡ EL EVANGELIO CÁTARO DE SAN JUAN !!!

 

*** Libros de la Rosa ***

 

Yo Juan vuestro hermano, que participa en vuestro anhelo a fin de participar igualmente en el reino de los cielos cuando tenía apoyada mi cabeza sobre el pecho de Jesús le pregunté:

-¿Señor quien te traicionará?

Y el Señor me respondió:

-Aquel que meta conmigo la mano en el plato.

Entonces Satanás entro en Él y buscaba la ocasión para perderle.

Y yo le dije:

-Señor antes de que Satanás fuese fulminado ¿cuál era su gloria junto a tú Padre?

Y Jesús me respondió:

-Era una gloria tan grande que mandaba en las potestades de los cielos. Yo estaba sentado junto a mi Padre y él mandaba a todos los imitadores de mi Padre. Bajaba del cielo al infierno y subía de nuevo desde el infierno hasta el trono del Padre invisible.

-Y fue herido de orgullo por la gloria de quien como Él dirigía los cielos y concibió el pensamiento de poner su residencia sobre las nubes de los cielos y deseó ser semejante al Altísimo.

-Y cuando hubo descendido en el aire dijo al ángel del aire:

-Ábreme las puertas del aire y el ángel le franqueó su paso.

-Y descendiendo más abajo se dirigió al ángel que guardaba los cielos y le mandó:

-¿Ábreme la entrada de los cielos?

Y el ángel se las abrió también.

-Y siguió su camino y avistó toda la superficie de la Tierra cubierta por las aguas.

-Y bajando a la Tierra encontró a dos grandes peces echados sobre el agua que eran como bueyes uncidos en pareja para labrar los cuales acatan el mandamiento del Padre invisible ocupan la Tierra desde la puesta del sol hasta la salida del sol.

-Y cuando descendió aún más todavía encontró su Ossop que es el elemento del fuego y no pudo bajar más abajo a causa de las llamas ardientes que le impedían el paso.

Y Satanás retrocedió y fue hacía el ángel del aire y hacía el de las aguas y les dijo:

-Todo esto es mío.

-Si me atendéis y me obedecéis pondré mi residencia por encima de las nubes y seré semejante al Altísimo y apartando las aguas del firmamento supremo juntaré los demás lugares del mar y no habrá agua sobre la superficie de la Tierra y reinaré con vosotros por siempre jamás.

Y cuando hubo hablado así a los ángeles subió hacía los otros ángeles al quinto cielo y fue preguntando a cada uno:

-¿Cuánto debes a tú Señor?

Y uno respondió:

-Cien medidas de trigo candeal.

Y Satanás le dijo:

-Toma pluma y tinta y escribe sesenta.

E interrogó a otros:

-¿Y tú cuanto debes a tú Señor?

Uno de ellos contestó:

-Cien medidas de aceite.

Y Satanás le propuso.

-Siéntate y escribe cincuenta.

Y subiendo hacía los cielos siguió hablando hasta el quinto cielo lisonjeando a los ángeles del Padre invisible.

Pero una voz salió del trono del Padre y se oyó:

-¿Qué haces tú que niegas al Padre y seduces a los ángeles?

-Gran pecador cumple enseguida lo que tu pensamiento a concebido.

Entonces el padre ordenó a sus ángeles diciendo:

-Tomad sus vestiduras.

Y los ángeles quitaron sus vestiduras, sus tronos y coronas a los que habían escuchado y seguido a Satanás.

Y yo Juan seguí preguntando al Señor:

-¿Cuándo Satanás cayo a donde fue a morar?

Y el Señor contestó:

-Mi Padre lo desfiguró a causa de su orgullo y le privó de su brillante luz y su rostro se tornó a modo de un hierro enrojecido al fuego y se asemejó al del hombre y con un solo movimiento de su cola arrastró consigo a la tercera parte de los ángeles de Dios y fue arrojado lejos de la sede del Altísimo y de la estancia de los cielos.

-Y al descender por el firmamento no logró procurarse reposo ni para él ni para todos los que iban consigo.

Y pidió al Padre diciendo:

-Compadécete de mí y yo lo devolveré todo.

Y el Padre se apiadó de él y le concedió reposo, así como a quien le acompañaban por espacio de siete días.

Y Satanás se reinstaló en el firmamento y dominó sobre el ángel del aire y sobre el ángel del agua y estos levantaron la Tierra que apareció arriba y el ángel que presidía las aguas recibió una corona y con la mitad de ella hizo la luz y la luz de las estrellas y con las piedras hizo todas las milicias de las estrellas.

Y nombró enseguida a los ángeles cómo ministros suyos según el orden que reinaba en la mansión del Altísimo y creó el trueno, la lluvia, el granizo y la nieve.

Y ordenó a los ángeles sus ministros que bajaran a la Tierra y mando a la Tierra que produjese todos los volátiles y los reptiles y todos los árboles y las hierbas y mando al mar que produjese todos los peces y los pájaros del cielo. Y reflexionando en su obra pensó hacer el hombre a su imagen y ordenó al ángel del tercer cielo que penetrase en cuerpo de barro. Y tomando una parte del cuerpo construyó otro cuerpo en forma de mujer y después mandó al ángel del segundo cielo que penetre dentro del cuerpo de la mujer.

Y los ángeles gemían al verse revestidos de forma mortal y diferente de la que siempre habían tenido.

Pero Luzbel les mandó cumplir la obra carnal en los cuerpos de barro sin que comprendiesen que cometían un pecado.

Y el autor del mal pensó en construir un Paraíso e introdujo en él al primer hombre.

Y puso un árbol entre medio del Paraíso ocultando así su pensamiento para que los hombres no conociesen su engaño.

Y se acercó a ellos y les dijo:

-Comed de todo fruto que encontréis en el Paraíso pero no comáis del fruto del árbol del bien y del mal.

Y el demonio se metió en el cuerpo de la maligna serpiente y atrajo al ángel que había adoptado forma de mujer y en su hermano repercutió la concupiscencia de pecado y cometió concupiscencia con Eva en el canto de la serpiente.

Y por eso se llaman hijos del diablo ó hijos de una serpiente a los que incurren en la concupiscencia del diablo su Padre hasta el final de los siglos.

Y sin tardanza el diablo introdujo en el ángel que estaba en Adán su veneno y su concupiscencia que engendraron el hijo de la serpiente y el hijo del demonio hasta el final de los siglos.

Entonces yo Juan quise saber más e interrogué al Señor diciendo:

-¿Como los hombres afirman que Adán y Eva fueron creados por la mano de Dios y puestos en el Paraíso para acatar los mandatos y se vieron entregados a la muerte?

Y el Señor me contestó:

-Escucha Juan bien amado de mi Padre, los hombres ignorantes afirman prevaricando que mi Padre había fabricado cuerpos. Pero mi Padre ha creado por el Espíritu Santo las virtudes de los cielos y los santos a causa de la prevaricación entraron en posesión de cuerpos de barro y por esto se vieron abocados a la muerte.

Y de nuevo yo Juan pregunté al Señor:

-¿Cómo el hombre principia a existir en espíritu en una envoltura carnal?

Y el Señor me respondió:

-Ángeles caídos del cielo entran en el cuerpo de la mujer y reciben la concupiscencia de la carne porque el espíritu nace del espíritu y la carne de la carne y así se construye el reino de Luzbel en este mundo y en todas las naciones.

Y continuó:

-Mi Padre le permitió reinar los siete días que son siete siglos.

Y otra vez le pregunté al Señor:

-¿Cuándo llegará ese periodo?

Y Él me contestó:

-El diablo que ha recibido la gloria del Padre y que a querido construirse su propia gloria mandó a sus ángeles irradiantes de fuego a los hombres, desde Adán hasta Enoch su ministro y elevó a Enoch por encima de los cielos y le mostró su divinidad y le dio la pluma y la tinta para que redactase sesenta y siete libros y le ordenó que los llevase a la Tierra y los dejase en legado a sus hijos.

-Y Enoch obedeció en todo a Satanás y una vez en la Tierra comenzó a enseñar a sus hijos la forma como debían hacer los sacrificios y exponer los misterios injustos y escondía a sí a los hombres el reino de los cielos.

Y el diablo le aconsejaba:

-Cree en mí porque soy tú Dios y no existe otro Dios que yo porque mi Padre me ha enviado a esta Tierra para que haga conocer a los hombres los ímprobos designios del demonio.

-Y cuando el diablo supo que había venido al mundo envió también a su ángel y tomó tres lenguas y las envió para crucificarme a Moisés y yo las guardo todavía. Entonces Moisés predicó a su pueblo y Dios le entregó la ley para los hijos de Israel y lo guió por entre la mar vacía y cuando mi Padre decidió enviarme al mundo mandó antes de mí a un Ángel de nombre María para que yo pudiese alojarme en su seno y descendiendo entre en ella por el oído y por el oído salí y cuando Satanás el príncipe de este mundo conoció que yo había venido a Él para que encontrara y salvara a los que habían muerto envió también al ángel Elías el profeta para que bajo el nombre de Juan el Bautista me bautizase con agua.

-Y fue cuando Juan le preguntó al príncipe de éste mundo diciendo:

-¿Cómo podré conocer que le estoy bautizando?

Y el Señor repuso:

-Aquel sobre quien descienda el espíritu en forma de paloma y permanezca sobre Él es el que bautiza en el Espíritu Santo para el perdón de los pecados y tú podrás perderlo o salvarlo.

Y yo Juan de nuevo pregunte al Señor:

-¿Pueden los hombres salvarse por el bautismo de Juan y sin tu bautismo?

Y el Señor me contestó:

-Nadie puede entrar en el reino de los cielos si yo no le bautizo para que se perdonen sus pecados por el bautismo del agua, porque yo soy el pan de la vida que procede del séptimo cielo y los que coman mi carne y beban mi sangre se llamaran hijos de Dios.

Y pregunte al Señor otra vez y le dije:

-¿Qué es comer tu carne y beber tu sangre?

Y el Señor respondió:

-Antes que el diablo fuese expulsado con su séquito de la gloria de mí Padre todos ellos suplicaron a Dios dirigiéndole sus preces y diciéndole; Padre nuestro que estás en los cielos…

Y sus cánticos subían hasta el trono del Padre pero cuando hubieron caído no pudieron exaltar a Dios con esa oración.

Y quise saber:

-¿Por qué todos reciben el bautismo de Juan pero no todos reciben el tuyo?

El Señor me respondió:

-Porque sus obras no son buenas y porque no todos merecen la luz. Los discípulos de Juan se esposan con mujer pero los míos no porque ellos son como los ángeles del cielo.

Y yo le dije:

-Si es pecado casarse ¿no le conviene al hombre el unirse en matrimonio?

Y el Señor contestó:

-Sólo son capaces de entender esa palabra aquellos a quienes les ha sido dada la capacidad, porque hay eunucos que han salido así del seno de sus madres y hay eunucos a quienes castran los hombres y hay eunucos que se han castrado a sí mismos a causa del reino de los cielos.

-El que quiera comprenderlo que lo comprenda.

Y entonces le pregunte al Señor acerca del juicio final diciéndole:

-¿Cuál será el signo de tu venida?

Y él repuso:

Cuando se haya completado finalmente el número de los justos que deben ser salvados, Satanás quedará libre de su prisión y lleno de cólera atacara a los justos, los cuales llamarán al Señor y éste ordenará al ángel que haga sonar la trompeta y la voz de este ángel cuando suene la trompeta se oirá en el cielo y en los infiernos.

-Entonces el sol perderá el calor y la luna no dará más luz y las estrellas caerán y los vientos de las cuatro esquinas del mundo saldrán desde sus prisiones y harán temblar la Tierra y también el mar y los montes y las colinas.

-Y al momento el cielo se conmoverá y los astros quedarán sin luz y así seguirán las cosas hasta la hora cuarta.

-Entonces se verá el signo del hijo del hombre y todos los santos ángeles irán con el entonces instalará su sede en las nubes y allí se acomodará majestuosamente con doce apóstoles sentados en do-ce tronos de su gloria.

-Y se abrirán los libros y se juzgará a la Tierra según la fe que él enseñó y el hijo del hombre mandará sus ángeles los cuales reunirán a sus elegidos de los cuatro puntos de la Tierra y los atraerán hacía sí desde las cumbres de los cielos hasta sus extremos y el hijo del hombre llamará también a todos los malos demonios para que le lleven a todas las naciones ante Él y dice venid vosotros los que clamabais, comamos y bebamos y tendremos nuestra recompensa en este mundo; y al punto todos los pueblos llenos de temor se presentan ante el tribunal y los libros de la vida serán abiertos delante de los hombres y la muchedumbre expondrán su impiedad y entonces los justos serán glorificados y las buenas obras tendrán la honra suprema.

-Habrá recompensa para los que hayan observado los mandatos evangélicos para que la ira del Señor, la tribulación y la angustia caerán sobre los que hayan cometido injusticias y entonces es cuando el hijo del hombre se dirigirá a los elegidos en medio de los pecadores y les dirá:

-Venid benditos de mi Padre y tomad posesión del reino que os tiene preparado desde el principio del mundo.

Y luego dirá a los pecadores:

-Alejaos de mí malditos seáis y caed en el fuego eterno que está preparado para el diablo y para sus ángeles, hasta que todos los pecadores sean lanza-dos al infierno cumpliendo la suprema orden del Padre invisible.

Entonces los espíritus saldrán de las cárceles de los que no ven y también mi voz será oída y no habrá más que un solo rebaño y un solo pastor. Y subirá de las regiones inferiores de la Tierra una oscuridad temerosa, que es el fuego de los demonios infernales y que agostarán todos los existentes hasta el aire del firmamento y el Señor reinará en todo el espacio que media entre el firmamento y la región inferior que es la llamada Tierra. Y si un hombre de treinta años toma una piedra y la arrojase al vacío no tardará menos de tres años en llegar al fondo, tan intensa es la profundidad del lago de fuego en donde morarán los pecadores. Y el hijo de Dios irá con sus elegidos sobre el firmamento y contendrá al diablo con tales cadenas que nunca podrán ser rotas y los pecadores desolados llorando amargamente exclamarán gritando tráganos Tierra y muerte destrúyenos.

-Y los justos brillarán cómo el sol en los dominios del Padre y Yo el hijo les guiare hasta el Padre invisible diciendo:

-Heme aquí y he aquí a los hijos que Dios me ha entregado.

El mundo no ha sabido de ti pero yo te he conocido en la verdad porque tú me enviaste.

Y el Padre responderá a su hijo diciendo:

-Hijo mío bien amado siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos a tus pies, esos que han abominado en la verdad porque tú me enviaste. Somos Dioses y no hay más Dioses que nosotros. Ellos han matado a los profetas y han perseguido a los justos y tú los has arrojado a las tinieblas exteriores y allí no habrá más que lloros y crujir de dientes y entonces el hijo de Dios se pondrá a la diestra de su Padre y éste reinará en sus ángeles y él reinará en sus justos y los establecerá en los coros de los ángeles a fin de poder cubrirles con los vestidos inmortales y les pondrá unas coronas que nunca se marchitarán y les dará asientos inmutables y por esto el Dios todopoderoso permanecerá entre ellos y los hombres ya no tendrán hambre ni sed y el sol no les quemará ni sentirán ningún calor.

Y el misericordioso Creador le secará toda lágrima de los ojos y el hijo reinará con su Padre y su reino se extenderá por los siglos de los siglos amén.

Final del Evangelio Cátaro de San Juan

 

Autor:

Críspulo Cortés Cortés

El Hombre de la Rosa

29 de diciembre 2018