Perozo rivero Miguel Oswaldo

Prólogo de invierno

PRÓLOGO DE INVIERNO.

El Duende que desata en ráfagas el viento,

el que enciende los luceros de la noche

 y precipita los cristales de la lluvia,

cruzó este laberinto de bombas  y misiles,

con un pálpito de asombro en la mirada.;

 Duende travieso,

sobre la nieve limpia yo descubrí tu huella;

te busqué a tientas por las galácticas sinuosidades del insondable espacio,

toqué y palpé tus viejas cosas de número infinito,

tu orden asombroso que es tu propio desorden,

oh!, viejo escurridizo que desatas en ráfagas el viento,

y enciendes los luceros de la noche,

-¿por qué esta fúnebre presencia de fórmulas humanas?-

-¿por qué este búho nocturno?

-¿por qué su canto?....