Verano Brisas

TRAVIESO ESPÍRITU NOCTURNO

Espíritu del suelo y del subsuelo,

travieso y por demás, inofensivo;

vivo en la oscuridad o en la penumbra

y como hábitat prefiero los armarios,

los sótanos, graneros y desvanes,

árboles viejos y ahuecados,

minas hace tiempo abandonadas,

cavernas y refugios similares

donde se hallan elementos en desuso;

un ático con muebles anticuados,

sedas, trastos, baúles y otras cosas

constituyen mi atmósfera perfecta.

 

En las casas silenciosas sienten

mi andar por pasillos olvidados,

produciendo tropezones y quejidos

por mis vagos y torpes movimientos,

que no atino a controlar como se debe.

 

Me placen también los gallineros,

los cuartos de herramientas oxidadas,

maquinaria que se halle en mal estado

y archivos de abogados anacrónicos

compuestos de papel amarillento.

 

Me agrada el quehacer de los humanos,

y también descobijar a los durmientes

para causarles molestias y temores,

acechar en caminos y sitios apartados

donde se puedan escuchar sus diálogos.

 

Mi cuerpo es vago, impreciso y fastidioso,

con cierto parecido a las pelusas del polvo,

pero aclaro que mi espíritu travieso

se introduce a través de tabiqueras,

como ruidos y vapores tenues

en la penumbra siniestra y desolada.