Jordan Sanchez

Entre poder y podría

Podría deshojarte,
desdibujo de ausencia.
Quemarte en un ocaso,
abandonarte en la marea
de tormenta.
Quebrarte en infinitos átomos:
Arma de abstracción sensorial.
Arrancar tu luz en la penumbra,
dividirla, vela, lámpara, enana blanca,
la mano de Dios, tus ojos al final del camino.

Podría enterrarte, soledad,
pasillos aislados de siluetas amordazadas.
Olvidar tu nombre,
hervirlo en fuego doloroso,
arrástralo de mi alma como un prisionero
condenado a su trágico fin.
Y envolverlo sobre el tiempo congelado.

Podría partir rumbo al llanto,
aguijón enterrado en el alma.
Poner una lagrima inexistente
por cada roce de ficción entre nosotros.
Y lanzarte como un verso que muere
sobre los astros.

Podría dejar tu sonrisa en la alacena,
ayunar de tu alma,
encerrar mis emociones en  un rincón.
Sostenerme con una mano y con un pie,
con una suerte de papel,
que se arruga y… ceniza.

Podría cerrar los ojos
como todos los días,
pero no como todos los días.
Navegar en esa oscuridad y perderte
con malicia de encontrarte en la tiniebla.
Con tiniebla entre los ojos que se suelta.

Podría ahogarte,
chubasco, granizo,
diluvio y redención.
Robarte el oxígeno
entre la libertad de los ríos.
Caudal, causal trascendental.

Podría lanzarte por la ventana,
migraña que como piraña
devoras la paciencia.

Podría  darte vacaciones,
y quizá todos felices.

Podría encogerte
hasta no quedar
nada,
ni
.

Podría… (Hoy no).
Si pudiera.