Fabio Robles

*** La Ilusión y el Barquito de Papel ***

 

 

El barquito de papel

navegando río abajo

al vaivén de la corriente

deja muy curiosos trazos,

ante la mirada absorta,

del niño que muy despacio

diseñó el lindo velero

con sus manos de artesano.

Con pasión lo hizo zarpar,

bajo los rayos dorados,

de un esplendoroso sol,

que provocó lindos cantos,

sobre grandes marineros,

mientras llegaba el ocaso.

 

Recordaba bellos cuentos,

por su abuelo regalados,

éstos, lo hacían soñar,

con lugares muy lejanos,

donde habían cautivantes

casas con enormes patios,

sembrados de limoneros,

con muy hermosos naranjos,

sin faltar blancas paredes

donde colgaban geranios.

 

Temía por las tormentas,

que le rompiera sus flancos,

y acabar la travesía,

perdido en el mar Atlántico.

Así fue pasando el tiempo,

disfrutando de este rato,

mientras su blanco velero,

continuaba el rumbo exacto,

navegando aquellas aguas,

sorteando los obstáculos,

que fueron apareciendo

en tan bonito escenario,

según el niño muy pronto,

se tomaría un descanso.

 

Llega despacio la noche,

por su ventana, los rayos

de la luna lo cautivan,

esos reflejos de blanco

fulgor, lo hacen meditar,

viendo su velero anclado,

en el lugar que su abuelo,

dijo era un lindo santuario,

y, con ingenua sonrisa,

se duerme asido a su encanto.