Julio a lemus

redenciĆ³n

Hace mucho tiempo mi corazón no latía por un sentimiento, sino más bien por darle seguimiento. a una vida que sólo tenía remordimiento.

un día mi corazón con culpa y desilusión estaba en agonía, de pronto escuchó una voz que le decía.

estoy aquí para contagiarte de mi alegría, la voz que le hablaba pertenecía a una bella doncella.

Ella vino a romper con esa agonía y a cogerlo con su compañía, La doncella Era lo más bello que él había visto jamás. en su vida;

dulce y delicada, Como aquella flor que florece de madrugada, desde ese día en mi corazón nacio un sentimiento hacia aquella doncella puro y sincero:

y mi corazón  ese día. juro latir por ella hasta su último día