Hermes Antonio Varillas Labrador

“Un año más de la muerte del genio de América”

“Un año más de la muerte del genio de América”

 

Un año más se conmemora

de luto está mi Venezuela,

por terribles sanguijuelas

que la saquean a mala hora,

son pirañas que devoran

la memoria del padre Simón,

y no fue una equivocación

tus sentencias lapidarias,

tus frases contestatarias

no se ven ni en televisión.

 

La afrenta que cometen

con tu obra y con tu rostro

del infame casi monstruo,

pues de moral adolecen

castigo es lo que merecen

sin considerar el indulto,

sean muertos insepultos

y los alcance tu maldición,

del agravio no hay perdón

por herejes en un culto.

 

Hermes Varillas Labrador

#FormandoCiudadanía & #ElArcoIrisDeLosNiños

 

2061             17/12/2018

 

Profético fue nuestro Libertador cuando escribe:

“Huid del país donde uno solo ejerza todos los poderes: es un país de esclavos”… Hoy la cifra de venezolanos que conforman la terrible diáspora obligada por el hambre, la miseria y la escasez supera los 6 millones de exiliados, pero son cifras que nunca expondrá el régimen…

Más de una década escribe, el 27 de agosto de 1828, cuando se dirige a los ciudadanos de la Gran Colombia en los siguientes términos: “¡Compadezcámonos mutuamente del pueblo que obedece y del hombre que manda solo!”.

Ese es el Bolívar que ni Chávez, ni Maduro, menos los gorilas del alto mando militar no han leído, pues no les conviene.

Escribió frases lapidarias y perlas muy contundentes que nunca se leerá en los cuarteles: “El soldado no debe deliberar, y desgraciado del pueblo cuando el hombre armado delibera”

Cuando se revisa la invasión de militares, activos y retirados, en todos los niveles de gobierno, o escucha el discurso militarista y guerrerista del Presidente, llega a la memoria una premonitoria frase que Bolívar le escribió a Madariaga el 26 de noviembre de 1816: “El sistema militar es el de la fuerza, y la fuerza no es gobierno”. trece años después, el 13 de septiembre de 1829, le escribe a O’ Leary: “Es insoportable el espíritu militar en el mando civil”.

Amenazaba Chávez con permanecer en el poder hasta más allá de lo legal y legítimamente admisible, y retumban en los oídos las palabras de Bolívar en el Discurso al Congreso de Angostura, el 15 de febrero de 1819: “Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él a mandarlo, de donde se originan la usurpación y la tiranía\".… Y cuatro años más tarde, el 15 de abril de 1823, califica ya no la situación sino la actitud de quien se aferra al poder por todos los medios, cuando le escribe a Santander: “Es una manía miserable el querer mandar a todo trance”.

 Cuando se advierten los esfuerzos presidenciales por torpedear cualquier consulta ciudadana que ponga en riesgo su permanencia en Miraflores, piensa en el Bolívar que en carta al Dr. Castillo Lara, el 13 de septiembre de 1829, sentencia: “En los gobiernos no hay otro partido que someterse a lo que quieran los más”.

Escuchar las alocuciones del Presidente, cargadas de odio, de insultos, de descalificaciones y de inquina, le lleva a uno a pensar en el Bolívar que le escribe a Santander, el 15 de abril de 1823: “Los intrigantes corrompen los pueblos, desprestigiando la autoridad”, opinión que ratifica al mismo Santander, el 23 de febrero de 1825, cuando le escribe: “En política nada vale tanto y cuesta menos como las demostraciones de respeto y consideración”.

 

El uso que el Presidente hace de la Fuerza Armada para amedrentar y reprimir a todo el que se niegue a tragarse el proceso, recuerda lo que Bolívar escribió en el proyecto de Constitución para Bolivia, el 25 de mayo de 1826: “El destino del ejército es guarnecer la frontera. ¡Dios nos preserve de que vuelva sus armas contra los ciudadanos!”.

 

La suma de las payasadas, los desatinos, las sandeces y las malcriadeces del anterior y actual déspota, obliga leer al Bolívar que le escribía a Santander el 12 de noviembre de 1823, “Un necio no puede ser autoridad”. Ese es el Bolívar que Chávez y Maduro no leyeron.

El genio de América al que hoy más que nunca hay que darle la razón cuando dijo: “He arado en el mar”

Es imposible poder decir: Descansa en paz, Libertador, hoy más que nunca mancillan tu obra, tu pensamiento y tu memoria.