Ante ti mi querido problema, estoy inmerso en alegría, si, inmerso en debilidad pues estoy a merced de ti.
Sentirme inmortal es lo que me acompaña, querida mía, pues la eternidad eres, eres el elixir de mis versos, la coherencia de mis rimas y el sentido del poema.
Ante ti mi querido problema, mis días son negros, si, esos días de esclavitud sufriendo y derramando llanto por quererte.
Sentirme como niño es lo que me acompaña, querida mía, pues lloro como nunca cuando partes y con palabras logras hacer que te quiera nuevamente.
Pero leo nuevamente estos versos y no me basta.
Eres arte y me asusta, eres frágil y me asusta.
¿Acaso es todo lo que puedo escribir?
No, no es suficiente.
Estrella de mi alma imploro luz, sonríe para mí.
Ante ti querida mía, imploro poder apreciarte siempre.
Ante ti querida luna me siento digno, imploro haber escrito bajo tu luz lo suficiente, lo necesario. ..
Lo que necesito para morir.