Axel Dueñas

De la vida que me quema

Estas lágrimas que lloro

son por una virgen pena,

contrapunto de algún coro

de la vida, que me quema.

 

Tristes fuentes son mis ojos,

fuentes tristes de la vida.

Lentas súplicas arrojo,

siempre lentas y escondidas.

 

Largo y torvo ha sido el fuego

que sustenta la amargura,

soso y frío ha sido el manto

que la vida me procura.

 

Entre el tumulto de voces

que en mi corazón resuena,

no distingo las razones

que me inflingen tanta pena.

 

¿Quién me brindará el sosiego

que mi cuerpo necesita

y que mi alma pide a gritos

a cualquiera que la mira?

 

De la vida que me quema

conservo solo el aliento,

como una tibia espada

contra el mar donde miento.

 

Cuándo nunca es consolada

¡Oh esta pobre virgen pena!

doy por hecho que es jugada

de la vida que me quema.