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(Me) Has Perdido

Y cuando al fin tu corazón
sepa que era en mí en quien
residían tus deseos,
mi amor entonces será de otra;
extrañarás mi aliento cálido en tu nuca,
las miradas furtivas bañadas en deseo
y esos roces entre violentos y sensibles
que te decían te quiero,
aunque no los entendieras...
Perseguirás mi imagen en tus sueños,
te verás como Eco, suplicante enamorada,
y me verás cual Narciso, tras de otra;
te harán falta mis halagos,
mis abrazos fastidiosos,
incluso esos mordiscos, voraces
y tiernamente malintencionados...
Cuando en su cuerpo veas
mis huellas, apenas visibles,
querrás tenerlas en tus brazos,
tus muslos, tu espalda;
querrás tener mis labios,
fluctuantes como un río,
sobre tus mustios labios,
erosionados por exceso...
Quisieras recordar cómo mis ojos
rodaban por esas tus curvas,
que todavía arrebolan,
y cómo respiraba agitado
si por ventura te tocaba, atrevido.
Ahora te lamentas, desdichada,
luego de saltar en tantos lechos
y visitar tantos corazones, tantos falos,
desearías tenerme entre tus brazos,
entre tus piernas,
pero mi sentimiento no será más tuyo,
y mi deseo se habrá ahogado;
no verás el disfrute de mi amada,
pero será apenas táctil
en mis miradas,
sus caricias,
nuestros besos...
Querrás entonces ver la muerte,
ser la muerte,
y parar mi corazón que no te mira,
o acabar con su vida,
que se interpone entre la tuya y la mía,
creyendo que te espero...
Ja, no sabes que dejé de esperarte
cuando dejé de amarte.