Mauro Enrique Lopez Z.

Aires de princesa

Cuando nos unimos

que felices los dos

viviendo en la pobreza,

pero algo en tí sucedió

y te llenaste de grandeza.

Pero mi alma sencilla

no quise herir tu nobleza,

y hoy presumes en la nada

de toda una princesa.

caerás como la palma más alta,

y voverás de nuevo a tu aldea,

Allí estaré en mi labranza

con mis amigos de la pobreza,

seguro un pan con vaso de leche

tendrás en mi puerta abierta.

Pero el amor que un día rechazaste,

ya no encontrarás de vuelta.