oscar perdomo marin

Hay una callejuela

HAY UNA CALLEJUELA

¡Hay una callejuela serpenteando valle abajo!
Casuchas abigarradas de ocres paredes unas
Azules otras, blancas, las mas.
Todas pintarrajeadas de viejo por el tiempo.

Es un recuerdo de niño aún sin precisar

Tengo un duende enlazado en mi memoria
Y unos piececitos breves
Jugando con las caracolas en el agua
Y unos ojos prendidos en mi piel
Y una sombra que se quedó dormida
Y una sonrisa congelada en mi garganta
Y un pedazo de pan que nunca consumí
Y la primera bofetada que la vida me dio.

Mi primera humedad desconcertante
Contigo, un punto perdido, difuso
Tal vez en mis diez años
Tiene sabor a tierra llovida por la noche
A pequeños pezones, que mordieron mis dedos para siempre
En el portón de una casucha vieja
El gallinero del corral dormido
O bajo el puente de la quebrada limpia
O en el recuerdo que tal vez soñé
Cuando mucho después
Fui el hombre sin memoria de la primera vez:
La meretriz del tiempo
Que desfloró mi inocencia.

¡Oh milagro!
Tengo un enorme secreto guardado:
Hoy sé que es el amor.
Quizá creo saberlo
Nunca se sabe. 
¡Hay una callejuela,
serpenteando valle abajo!

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