FIDEL HERNANDEZ

Tormenta de verano

Como una tormenta de verano,

iluminando por unos momentos

la oscura noche;

luciste para mí en un relámpago de vida,

y después desapareciste…

 

Mas, no te fuiste como tronera

con sordos gruñidos;

sino como brisa marina,

silenciosa y callada.

 

Te fuiste como tormenta de verano,

sin lágrimas, sin adioses,

sin palabras, sin sollozos;

abandonándome  a mi suerte

de humilde labrador.

 

Te fuiste;

y yo me quedé, como antes de la tormenta,

viendo surgir el sol y las nubes,

y los gorriones y las golondrinas,

y las flores y los frutos…

 

Fuiste un soplo

que se perderá en la inmensidad del aire.

¡Lástima!

 

Ya no habrá más tormentas de verano ¡no!

yo las evitaré encerrado en mi caparazón;

no habrá más tormentas, no,

y esperaré que el frío invierno

traiga la lluvia, día tras día,

que me oculte el sol,

que nos inunde la luna

y que escriba en las calles,

con gruesas gotas,

alguna que otra alegría…