Jesús David Quintero

CENIZA

Ahora estarás disputando tus cenizas con otro hombre lo que queda de mi, la mascara del órgasmo, sedienta volando en sus inglés, gaviota salvaje desmemoriada, estas borrando las sombras de la muerte con tus labios de mandrágora esos labios que cruzaron mi espalda buscandome, en esas noches en que la soledad te hacía bailar Solá,

Yo estaba ahí desnudo no me viste si acaso inventando un murmullo pasajero, puedo decirte que estás borrando las noches de mi niñez, invadida de poluciones nocturnas y estás naciendo en la estrella desolada
No entiendes que tu cuerpo es una aldaba es un alfabeto indescifrable
Le prometes amor al pasajero y llegas a disfrutar del volcán que erupciona tus paredes, te sumerges en la diáspora del semen y sales intacta al vacío casi virgen, casi diabla
Lames la herida del placer y te sientes llena de tu índole, de tu bipolaridad y no entiendes del porque, mis parásitos pernoctan en tu útero,
Estás bailando con la locura y reprimes el viaje mi pequeña Alicia desollada princesa mía, dueña de las hordas sexuales, dueña del tiempo,
te estás matando al unirte sin freno
al falo del olvido
Porque yo seré siempre tu maldición mas amada, deseada odiada, mordisqueada parido del dolor de tu gangrena que te pudre y te aniquila, quién sabe cuántos infiernos transcurriran en tu mirada de
lechuza y quién sabe a cuántos les inventaras orgasmos con mi risa
Tú lo sabrás y una cosa te digo no te inventes sin sed no arañes la soledad, no mancilles tu orgullo al decir que no ruegas pero se te olvida que tú cuerpo tiene memoria.

Jesús David Quintero