Luis Antonio Osorio

El vuelo de las libélulas

 

 


Se levantaran sedientas del horizonte a probar esporas del rocío;

volaran lejos, mas allá que eso y tocaran el cielo.

Mira la calmada tarde, como abrasa sus alas amigo mio,

Que si pudiera yo me mantendría aquí, colmando mi desvelo.


Suplirán sus silencios de mas silencios en noches noctambulas,

y calmaran su cansancio con melodías, silbidos, agua y río.

montañas que estorban serán en sus vuelos esquivas

y el recuerdo que quede antes de su partida sera mío, solo mío.


Esencia de canela en sus venas, Esencia que destella.

y mis manos, no son suficientes para tenerlas,

cuan atrapadas pueden estar en el firmamento, lejano y frío.

y mi mente dice loco, pensar no tiene sentido...


Cantaran al ocaso en silencio pensamientos de despedida

huyendo al pánico; miedo incesante en voraz invierno,

rozones de muerte en sus alas serán manjares antes de su partida

lastiman su autoestima, y la vida, ya no es mía, nunca fue mía.



La delicadez de su cuerpo, refleja equívoca sus fortalezas,

se tornan poderosas de la nada, omnipotentes contra viento mar y sol;

cuando rompen olas desbocadas en sus sensibles entrañas,

quisiera ser yo, por un segundo quisiera ser yo...


Y ellas nunca aterrizan, de frente seguirán siempre deprisa,

cual ave allá perdida entre candilejas...

Oh reina tu que has de contemplar en tus pasos la naturaleza

borra este amargo recuerdo, llevame a tu santa franqueza.


Para no sentir nostalgia de mi terruño querido, adorado fragmento,

tierra fértil donde nadie, ni los extraños son forasteros.

Libero ahora mis pensamientos de rancios tormentos

esperando esperanzas que asoman en mis días venideros.



Ahora siento envidia del vuelo de las libélulas, alas de libre movimiento;

rompen mi silencio ante el deseo de retomar mis amados recuerdos;

y me harán volver a razón de mis incesantes desvelos.

para nunca más apartarme del cariño de mi anhelado suelo...