Patricia Aznar Laffont

Plegarias sordas, mudas y ciegas...

Plegarias sin respuestas...

 

Briznas de hierbas pesadas,

Azotadas por huracanes y vientos,

 

por las húmedas gotas de mineral rocío

y por las mareas indiscretas

de tu oscilar de péndulo de metálica melodía…

 

(Escucho pálida, trémula y sentida,

 los sones de tus heridas nunca cicatrizadas

y los arpegios tristes de tus amores contrariados)…

 

Un sepulcro distante de augusto mármol,

orlado por rosas deshojadas y marchitas

susurra en voz cansina y baja,

 

mil historias de miles de centurias,

repetidas como un Eco

del Inexorable e Inmortal Tiempo,

que no espera…

 

que se conjugan

en los ojos abiertos y sorprendidos

de aquella frágil niña

que he sido…

 

Polvo de ladrillos

de hueso incandescentes

se unen en sutil plegaria…

 

Plegarias malheridas…

 

Plegarias malhadadas..

 

Plegarias nunca, por los Dioses,

escuchadas…

 

( el amor y los pesares pasan sin dejar huella alguna en los túneles y laberintos de tu Ser que disímil, buscas…

ni en las enhiestas lápidas de tus Muertos,

que no tienen vuelo hacia las Alturas,

 

 ni la más remota,

 

 ni la más misericordiosa, Memoria)

 

Plegarias y rezos malditos,

sin respuestas!