Esmeralda Zamorano

Estaciones poco pudorosas.

Momentos instantáneos, que desaparecen con la brisa.

¿Que sería de la vida sin un viento refrescante?

Entre las nubes el agua se acaricia, esparciendo sus orgasmos con el viento y masturbándose levemente cuando moja el suelo.

¿De que estaría hecha la matriz del clímax?

Sí entre los labios del agua se depositan los momentos que el viento con total violencia, descarga sobre ella.

Sí cuando se forman tormentas, el viento se aferra a las nubes y junto al agua son el trío perfecto.

¿Servirá correr cuando entre ellos tres se prometen placer?

De las largas horas que invierte la paciencia, ninguna se compara con ver de manera simultánea está orgía de tiempos joviales, de tiempos llenos de experiencia y de estos tiempos que solo quieren correrse sobre nuestras cabezas.