Mi amado hijo:
Al abrir la ventana del ayer
verás inolvidables recuerdos
forjados con amor y esfuerzo.
Hoy todo ha cambiado
la vida giró como el viento
dejando heridas abiertas...
Labios rasgados
por el frío intenso del silencio.
Lágrimas, bálsamo para
desahogar los sentimientos.
El pecho se siente oprimido
por el vacío que lo ha vencido.
Pero al respirar sientes ansiedad
por querer de nuevo amar.
Ahora ya todo sonríe,
las fuertes olas llegan calmadas
a su orilla.
Pasaron los inviernos sombríos,
las manos buscaron un sol que acariciar.
Cerré la ventana
a las pesadillas pasadas.
Me nacieron Orquideas
en los rincones solitarios.
Mi amada hija:
no todo muere cuando los deseos
de vivir son infinitos.
💔
creías que todo era invierno,
que todo perdido estaba
porque ya no te amaba,
sin embargo, sin lagrimas
me quedaba,
¡hasta tu sombra acariciaba!
Porque jamás te olvidé.
¡Ay, amor! Te quiero vida mía,
no dudes que ahí estaré
para darte mi último aliento.