Ella se disuelve en mis labios
cuando evoco tu ser,
me penetra muy adentro,
la acojo, la llevo a mi refugio.
Resta allí protegida e inquieta,
se mueve, va cogiendo forma
y sale afuera, ya siendo verso;
entonces busca tus labios, tus ojos,
para que la acojas y la hagas tuya,
ya convertida en aroma de poema.
Somos sentido, sensibilidad;
somos verbo, emoción y poesía.
29 de noviembre de 2018.
Pau Fleta