Jordan Sanchez

Extrañar...

Es extraño, si te extraño
extraña.
Como si fueras gemela mía.

En el filo quebrante de mi alma
tu silencio de los silencios
corre como una palabra muerta,
silencio sin querer, de mentira.
Tu silencio es a veces una tragedia,
una resurrección.

Cuando la nostalgia (inequívoca)
patina sobre cualquier lucero
donde mi mirada padece tu mirada.
Es inevitable no preguntarme de ti,
aunque no sepa nada: como si supiera
me invento tus caminos, tus pasos extranjeros.

Sé que habitas el absoluto de la mente
como pensamiento inesquivable,
que vas como potro salvaje sobre toda estepa
hasta donde la tarde agoniza sobre tu lágrima.
Sé que te vuelves  llama de sol
que encandilas las hojas de la soledad
que tu penumbra acaricia  mi sonrisa.
Sé que no te puedes esconder en ninguna parte,
que aunque tu cuerpo camine otros mundos,
tu espíritu transita mis sueños de hierro.
Sé que el corazón te llama como un infante,
que acaricia tu silueta como a una madre.
Sé que el corazón frota el infinito, el tiempo
los orígenes, la casualidad, el destino,
como lámparas, como buscando deseo concedido.
Sé que bebo los días como veneno,
no me canso, porque tu voz canta
en la vereda donde te espero cada instante.
Sé que tu presencia amalgama mi sangre,
y como una bala quisiera dispararme
directo a tu pecho, a tu vida,
como una bala, como una daga
como un cristal que se rompe en tus entrañas.
Salir disparado como una mirada,
que penetre tu alma,
que la incendie
que la usurpe
que la palpe, que la guarde,
que la encante.
Quiero ser la enfermedad incurable
de tu alma.
De tu risa, de tus venas, de tus ojos,
de tu silencio, de tu ropa, de tu pelo,
de tu espalda, de tu aroma, de tu piel,
de tu dolor, de tu nariz, de tus labios,
de tu secreto, de tu oído, de tu ser.
Y quiero ser la cura también:
la voz, el suéter, la diadema,
el masaje, el perfume, la caricia,
el auxilio, el oxígeno, mi labio,
el confidente, la música, tuyo.

La luz se apaga
y te encuentro sobre mis parpados,
tendida como una flor en el frío,
aferrada como luna a las olas.
La luz no se apaga entonces.

Es extraño, si te extraño
extraña.
Como si fueras mía, solo mía.

Te extraño aunque no lo sepas.
Te extraño aunque lo sepas.

Que extraño es extrañar
el beso que nunca me has dado.

Es extraño extraña,
el amor es extraño,
la ausencia es extraña,
todo es extraño
si te extraño.

Y te extraño…