José Luis Barrientos León

Nocturno

 

Abrazado en secreto a tu fronda augusta

Entre vientos y follajes, una voz inocente se quiebra en silencio

Nos acechan asesinos, entre las sombras, anochecidos

Despiadados, empuñando dagas recién templadas

 

Al filo de la muerte, sopla un viento sombrío y tétrico

Frío, que taladra los huesos con buriles asesinos

En la noche, sin secretos, Dios mío, como gimen las estrellas

Como invaden los silencios para robar los misterios

 

Oh daga, perversa y asesina, porque desnudas los troncos

Musitando malvadas armonías, silentes, afónicas

En la noche del espanto, nos acechan asesinos

Se estremecen los astros, desolados, agónicos

 

 

En la noche sin estrellas, por caminos desolados

Nos acechan los recuerdos, como hierros recién fundidos, ardientes

Se estremece la noche ciega, cargando en sus espaldas luces muertas, olvidadas

Nocturno de voz quebrada, llora el sol su tristeza, ante tu atezada piel, de olvido y muerte

 

Cómo lloran las estrellas, cómo gimen los celajes

Cuánto olvido hay en tu vientre, cuánta soledad en tu alma

Viento tenue de sollozos, entre camino empedrado

Nocturno de luna nueva, como corona de espanto

 

Hoy las estrellas tienen frío y la luna su llanto.