Catelgood

Vida...

¿Sabías qué hermosa es la aurora de tus ojos?

Y el mar embriagante y ancho de tu mirada

Es como si el amanecer se iniciara en los rojos

Labios que anuncian sonrisas por madrugadas

En las cimas de tu geografía recibo el aire…

Caliente y tibio, que me insufla tu aliento

Y desciendo de las montañas hasta el socaire

De tu ombligo que me resguarda del viento

 

Y entonces, el viaje se hace ciego y oscuro

Pero a pesar de no verte, de verdad no temo

Porque en el íntimo bosque, tierno y puro

El miedo no existe, pues es abrigado y tierno

Y de súbito, la claridad se hace en la mañana

De repente, la luz que derrochas me ciega

Y en el derroche de la más pura de tus ganas

La vida se renueva, con tu plena y feliz entrega

 

Y cada día, la aventura del viaje se engalana

Cuando enciendes el sol, y ya no estás dormida

Que el mundo te llame como le dé la gana…

Por todo lo que eres para mí, yo te llamo “Vida”