No me gusta la lluvia, pero estando en casa me encanta. Bajo una manta, con mis perros al lado, abro las cortinas y veo como la lluvia golpea el amplio ventanal. Si que se está bien, y sin quererlo poco a poco entro en ese duermevela que sin llegar al sueño profundo relaja tanto. Algún pensamiento me asalta, termino por ignorarlo. No es hora de pensar, no al menos en este momento. ¡Que le den a todo y a todos!, no sé porque me digo eso. Miento, si lo sé.
5 meses ha cumplido mi Copo, alguna trastada me hace... Todo le sirve... Conservo todos mis libros de manera impecable, no me gustan las cosas sobadas. Todos menos mi último libro. Solo me queda medio libro. La otra mitad con las hojas hechas añicos. Todo el suelo de mi habitación lleno de palabras al que mi Copo no da importancia. Me queda la otra mitad. Es como si el cabronazo supiera que parte me queda por leer y es la que me ha dejado intacta. ¡Mi pobre libro al que le falta su mitad! ... Mi Copo feliz... Así es la vida.
Sigue el repiqueteo de la lluvia y cada vez estoy mejor. Mi Dolita se pone con la barrigota para arriba, me mira y ahí estoy yo dándole esas caricias que tanto tiempo no tuvo. Mi Dolita... Una verdadera Santa.... Buena como ella sola. Creo que su lema debe ser \"vive y deja vivir\".
Y la lluvia sigue. Ya no me importa pues ya hemos salido y aunque nos hemos puesto como pitos, ahora estamos como queremos.
Mi ración de chocolate ya la he tomado, como siempre de más. Soy mujer de excesos, así que como me siga este come come sé que iré a por más... De momento le daré largas...
Y ese medio libro, desde mi mesilla de noche me está mirando.... ¡Leeme porfa!!!... Le haré caso... Afuera sigue lloviendo, mientras Copo, mi Dolita y yo, seguimos arropados.