Frescas las rosas qué residen en el valle, suaves son sus pétalos con el rocío en la mañana... Su suavidad me recuerda a tus labios qué ahora distantes de los míos me llaman, me piden a gritos qué regrese por ti mi bella doncella; hermosa cómo una tormenta qué azota los lúgubres campos, hermosa cómo el firmamento nocturno adornado con millares de estrellas.... Tus ojos me recuerdan a un par de ópalos de fuego, qué en su interior parece habitar el extraordinario amanecer, tu bella sonrisa me recuerda al arcoiris luego de la tormenta sobre aquél valle..... Tu carita de Ángel me atrae con demencia y me hundo en mi locura por ti mi hermosa Dulcinea...