argantonio

InĂștil amanecida

No arrojéis a vuestro diós

como si fuera un puñal

al corazón del no creyente

él comúlga con el hombre,

es su obra excepcional,

para él tras la muerte

no hay ni gloria ni paraíso

terrenal, ni nada en el cielo,

formarémos parte del suelo

o viajáremos con el viento

sobre la superficie del mar.

 

Pero no afligirse, hay consuelo

aprovechémos nuestro breve paso

por la vida, intentando ser bueno

en la lucha contra el mal.

Ojalá la muerte sea leve

y tengámos cerca la mano amiga

que nos despida con una última

caricia, antes de emprender

el último viaje en el silencio

de una inútil despedida.