Jordan Sanchez

Suspiro

Suspiro,
se arrastra.
En el silencio
carente de aire
donde el equipaje
de los ojos resbala
por los agujeros
de miradas esquivas.

Suspiro que habita/
volátil emancipación
de mi pecho/ pájaro
de arena que se muere
en la densidad de la noche.
Pueblo de mi viento lejano
donde converges con el
color de la sangre quemante,
donde te haces uno con el
dolor indoloro de la hora sorda.
Animal oscuro de mi pecho celeste,
oscuramente vuelves a mí, te recibo,
y te largas una y otra vez, en ciclo
enfermizo,  me das  nuevas brisas.

Suspiro desgarrando: El alma.
¿Qué alma se rompe?
¿Qué alma sucede?
Acorde de la ausencia ilusa,
rasgando sonidos en la pared
del alma sobreviviente,
atrincherando todos los silencios
como murallas infranqueables,
a metralla infinita, a fusil de hielo.
¿Alma sobreviviente?

Suspiro que se suspira
hasta desvanecerse
sobre las flores marchitas,
ante las pupilas de la estrella
que marcho de su constelación,
encarnizado en un batalla colérica
con las tormentas del cerrar los ojos.
Enemigo del suspiro
inagotable que emerge
sobre su propia sombra,
sobre su sed y sobre
su nostalgia de suspiro.

Suspiro de tarde callada,
de paso de ballena cósmica.
Eclipse de segundo con prisa;
prisa de segundo volviéndose nada.
Tarde tardía que no llego hasta
que el suspiro se dio la vuelta
inquieto… y la tarde respiro.

Suspiro naciente
en el pecho del hombre
que sueña con ese otro suspiro.
El de ella…