Jesus A. Cruz

POEMA

La luna no busca impresionar

tan solo verle imponer

sus pronunciantes mares

y solo oír crujir a los océanos

sabemos que a lo lejos

se encuentra mirándonos.

 

Y mientras intentando estoy

escribirle a la luna no puedo

no tiene mi atención.

 

Al otro lado del lago

cae una lluvia obligada

por los feroces, temibles,

implacables truenos.

Vienen y se aproximan

como si fueran

deshojando el cielo.

Sin inmutarse.

 

Y mientras intentando estoy

escribirle a la tormenta no puedo

no me apetece, quizá después.

 

Estando ya en el otro lado del lago

corrí en dirección al árbol

más grande que pude encontrar

y me cubrí debajo de aquel.

 

Algo tenía que decir

algo había que mostrar

algo necesitaba supieran.

 

Y es que mientras

intentando escribiendo estaba

me vino al pensamiento,

corazón, alma, mente, no lo sé.

Les cuento, decía más

o menos así:

 

Bella mujer, silueta de aire

labios de agua sensible

labios de fuego ardiente

yo no sé.

 

Al convocar una sonrisa

la luna mueve los mares

los rayos tiemblan

la lluvia se esparce

en jardines de rosas

que dicen tu nombre.

Yo no sé.

 

Mejor no sonrías tanto

o no me veas, y si te veo

!Cuánta locura puede haber!

 

Mejor olvídalo.

No me escuches,

y cuando te escuche no rías,

y cuando te mire no lo hagas.

No digas nada.

 

!Y no se te ocurra tocarme!