Noelia Maya

LEJANÍA

Destinos brotan de las raíces de un árbol,
encadenando ramas fúnebres
con hojas secas de un mar nostálgico.

 

Cristales de un cenote
crean corrientes y mareas.
Se deslizan sin piedad cada noche
y prevalecen con la luna llena.

 

Estrellas fugaces no manifiestan su brillo,
se alejan perdidas
cuando en su universo hay vacío.

 

Hojas caídas permanecen estáticas, lúgubre es lo añorado
si no hay viento que las arrastre
a un mundo pasado.

 

Sueña dulces esplendores azulados en un viejo horizonte,
árboles con verdes hojas y
vientos calmados
en un cálido monte.

 

En un deseo querido, aquella tormenta regresa.
Tornando cielos azules
a grises en centena.

 

Ruinas son en un millar de andares,
desaparecen cuando se olvidan sin pensar
pero regresan si se han de olvidar.

 

Presentes pesares te entierran en la desdichada soledad hundida,
Se mira desgraciado el universo si sólo hay nubes rebozando en la gran ciudad dormida.