FaustoOlivares

Padre

Dime adónde vamos, padre,

que la noche es larga y negra

y no se ven por la calle

ni los charcos ni las piedras

 

Dame la mano, hijo mío

no tengas miedo ni frío

 

que por muy larga que sea

la noche siempre termina

y las estrellas del cielo

se apagan con luz del día

 

Pero dime, padre, cuándo

llegaremos al destino

que mis pies andan buscando

un asiento y un alivio

 

Coge mi mano, hijo mío

no te canses del camino

 

Que si las piedras son piedras

es de no cambiar de sitio

mira las aves del cielo

cuánto mundo han conocido

 

Padre, ya no siento el aire

mi garganta está reseca

Dime por qué está tan lejos

el lugar donde me llevas

 

Deja que te coja, niño,

en mis brazos con cariño

 

Que la fuerza si no ayuda

es vil fango, más que fuego

juntos tú y yo, vida mía,

seremos como el acero

 

Padre ya me estoy durmiendo

con la nana de tus pasos

cuando alcancemos la meta

dame un beso y me levanto

 

Sueña, niño, cuanto quieras,

que la aurora se retrasa

 

y tenerte aquí en mi pecho

me alegra el fondo del alma

y me nace una sonrisa

que le da envidia hasta al alba