Armando G.

El norte de tu cuerpo

Como un explorador,

haciendo un grandioso descubrimiento,

como un argonauta volando desde el espacio desierto,

como si Ulises regresa a su Penélope,

el planeta cual deseada virgen 

se desnuda ante mí.  

 América es diferente a la que antes vi,

es tu cuerpo quien la forma,

es tu imagen quien la crea. 

Los glaciales del norte,

son tus cabellos dorados,

bajo el reflejo del sol.

 

Tus ojos, es luz que tintinean ciudades,

 como Montreal,

 Quebec u Ontario.

Las cataratas del Niágara,

me hablan de la frescura de tu boca,

 

En tus senos no me decido,

la duda me ataca,

serán montes fríos del norte

o volcanes calientes del sur,

los montes McKinley y Rainier son altos.

 

Pero tus senos tienen el calor de los volcanes

Popocatepetl y Ixtlacíhuatl.

 

Tu vientre lo descubro en el ardiente Caribe,

tu ombligo profundo el rico lago Maracaibo

 

Las caderas, la pelvis, la ingle,

pudieran ser lugares

tan incomprensibles como,

La Guyana, Paramaribo,

Caracas o Medellín.

 

Tu sexo tiene el magnetismo, el hermetismo,

la grandeza, la riqueza, la belleza, la atracción,

lo desconocido, lo prohibido del Amazonas,

enigmático, ajeno, inconquistable, inviolable, INALCANZABLE. 

 

La cordillera andina

representa la fortaleza de tus piernas. 

Como la Tierra del fuego

soportan el peso del continente,

cual blanca alfombra

ofrezco la Antártida a tus hermosos pies,

ellos sostienen el peso de tu sutil cuerpo. 

 ¿El amor me ciega o te veo en todas partes?