Perdóname, porque les he mentido
sobre lo que realmente fuimos.
Lo siento, porque en mi cabeza
me he creado una fantasía
en donde eres sólo mía,
y nos adoramos con certeza.
Me construí una realidad alterna
para sobrellevar el hecho de tu ausencia;
como mecanismo de supervivencia.
¡Llena mi carente vida con tu luz eterna!
Ni te imaginas cuánto quiero odiarte,
por todo lo que rompes, y lo que deshaces,
pero cómo odiar algo que nunca tuve.
Cómo aborrecerte de día,
y de noche anhelar tocarte.
Perdóname,
porque rasgaste mis cuerdas más débiles,
y las hiciste resonar como nadie nunca lo hizo.
Discúlpame,
sé que no te importo; que a mí jamás vuelves.
Voy detrás tuyo, encadenada por tu hechizo.
Les he dicho que me amaste,
sin que supieran que en verdad
nunca me notaste.
Cuando lo único que alberga mi vida
es una ennegrecida soledad.
Necesidad de ti;
a quien, estando en la punta del cielo,
simplemente la soltaste.
He hablado de ti como si te conociera,
cuando en realidad no sé quién seas.
Lo único que entiendo
es que basta con tus palabras,
para que quiera meterlas a mi boca,
y tatuadas en tu espalda,
por siempre querer besarlas.
Lo siento,
porque seguramente duermes al lado
de alguien que profundamente amas.
Y yo voy por aquí, difamando tu nombre.
Inventándome historias menos amargas,
lamentando que mis dedos no tienen tu mano.