Al Duborg

La cima del cielo

Escalo por cada colina

los ecos te celan obscenos

y adicto a su adrenalina

me besan sus picos morenos.

 

 Atado al arnés de sus tersos

desciendo a su vientre aplanado

 erizo el ambiente en mil besos

lo plano se torna ondulado.

 

Tras sus pies se amarran mis labios

¡bello el alucinante valle!

deseo humedece los cambios

cristalino cada detalle.

 

 Con ráfagas me gime el viento

extasiado por el anhelo

calidez condensa mi aliento

y llueve en la cima del cielo.