ubik

SED

Prendió el regazo

como invisible alarde

como alquimia que frecuenta 

tus perennes labios 

antes que la flor escape

de una escritura que se sumerge  

en coloquial desmayo

escindida miel de altura

 

Nos tenemos el uno al otro

en este tenebroso cuidado

de nuestra oscuridad venida a menos

cuando discurre mi caligrafía en tu mirada 

sobre la médula del alba

frenética fruta del paraíso

solitaria culpa que parece ensuciar la ropa con su cansancio

palabra de converso en la habitación vecina

a la que te asomas desnuda 

alondra que  enzarza al trasnochador

radiante alfiler de pulpa paradisíaca

vestigios que revisten de centella el agua marina