Carlos Arturo Mendez Diaz

Un día de tu vida

Tenemos que decirnos adiós definitivamente,

Es un peligro estar cerca y no se puede ocultar,

Que nos morimos de ganas de poder gritar,

Ese placer que se escurre de los poros locamente.

 

Las palabras son asesinas y furtivas,

Capaces de quitarnos la ropa y la piel,

Me hace negar mi promesa de ser fiel;

Debo aceptar que tu boca es adictiva.

 

Está bien, digámonos adiós de manera épica,

Acepto la invitación de obsequiarte otra herida,

Quítate la ropa y regálame un día de tu vida,

El pudor y la fidelidad son histeria tétrica.

 

No tardes tanto porque me arrepiento, lo confieso,

Dame el placer de dormir en tu cuerpo,

Tu sexo, quizás, pueda detener el tiempo;

Digámonos adiós para siempre con un beso.