Ruth García

El maestro del engaño.

Fuiste el lucero que guió mi vida al dolor,

¡quien! en un juego me hizo caer

y me condeno.

 

Fuiste el camino más fácil que

encontré, y al final yo fui la que llore.

 

Fuiste la piedra con la que trómpese,

la que sin piedad lastimo mi ser.

 

Fuiste el maestro del engaño,  y con

buenos trucos mi corazón cayó,

fue tan dura la caída

¡que el golpe lo destrozo!.

 

Fuiste malo conmigo y por mi

ingenuidad caí en tu truco del amor.

 

Fuiste el lucero que mi noche guió,

¡pero! luego se apagó y un tropezón

hizo que cayera en el dolor.   

 

Fuiste muy buen maestro, ¡en tu

engaño caí! y aunque fue doloroso

el golpe… ¡de ti todo lo aprendí!.