Alma Rosa Marteño

EXORDIO MATERNO

cada noche mueres,

mi vientre te da el sepulcro

en cada par de manos que me toman,

en cada aliento que no es de vida, que no es fecundo.

Mi entraña ligera, mi pecho no lleno,

mi vida por ahora infértil,

vacía de ti.

Pero

no has de llegar,

tienes que seguir muriendo,

en este momento, no está tu momento.

No te he visto en ningún rostro, urdirte no puedo.

Estás condenado a perecer en estas horas,

mi cuerpo, aún no es tu cuerpo,

no me odies por eso.

Yo

créeme, te quiero.

Así, descuida corazón mío

que seguiré buscándote, y hallaré

en éste o aquél, tu cara, mi sonrisa, tu cuerpo.

¿Quién será él? ¿a quién amaremos?

Sigue muriendo, hasta que llegue

él, hasta que llegues

tú.