Francisco VV

Gatos

Como zarpazos de árboles y tejas,

con nuestro pelaje etéreo e inflamado,

cada maullido, al compás del sigilo,

es un ronroneo, un cántico a las esferas:

 

vuestro corazón es mentiroso,

ávido de caderas y granadas.

Por eso somos indiferentes:

porque nadie nos hará daño.

 

Vida y muerte son estigmas del tiempo,

arrogantes lloramos en silencio.

Lo tenéis todo, nosotros a ustedes,

mas cada lágrima valer mil parpadeos.

 

Por eso, agosto es un octubre con sentido:

de día conejos, de noche… nosotros mismos.