ALVARO J. MARQUEZ

JUICIO AL COYOTE

 

“Con trampas marca ACME procedía,/ un ave muy veloz era su objetivo./ En muchos detalles a mí se parecía…/ hoy acerca de esa historia escribo”.

 

Su caso del mío no era tan distinto,

siempre muy inocente él te pareció.

Decías que actuaba sólo por instinto

y… ¿por qué crees que actuaba yo?

 

Él hizo muchas trampas para cazar

a un ave que era su añorada comida

y yo otras tantas para poder atrapar

a la mujer que era el amor de mi vida.

 

Si él no era culpable ¿por qué yo sí?

A ambos nos guiaba tanto el apetito…

Por barrancos profundos caer lo vi

y yo aún caigo en uno que es infinito.

 

Su presa era veloz y muy escurridiza,

decía “bip bip” y casi ni rastro dejaba.

Tú igualmente arrancabas muy aprisa,

huías como alma que el diablo acosaba.

 

Yo no decía “bip bip”, pero igual me oías

cuando languideciendo decía tu nombre;

sus trampas como genialidades las veías

y las mías… como tonterías de hombre.

 

Hoy asumo que tu amor por mí era ficticio,

como ficticia el ave que de sus garras escapó.

Si vieras a uno allá en el fondo del precipicio,

seguramente no sabrías cuál de los dos cayó.

 

Pensé pedirle asesoría, imitar sus pasos,

yo ya tan agotado ni corría, iba al trote.

Imagínate… por alcanzar  al fin tus brazos,

yo demente pidiéndole consejos al coyote.

 

De hecho lo tomo con calma, por mi bien;

creo que es cuestión de nuestros destinos.

Hoy tú haciendo el amor no sé con quién

y yo en mi cama… viendo al correcaminos.

 

Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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