Ivón Arce García

LA CATRINA GARBANCERA

 

Estamos en las vísperas de festejar a nuestros muertos,

” FESTEJAR… A NUESTROS MUERTOS”

ocasión especial,

porque para los vivos es diario,

diario celebran un día específico.

 

A los vivos ya ni los enamorados les regalan flores

más que cibernéticas,

sin embargo, ese día

se enfloran los panteones

regularmente dos veces al año,

el día que cumplen años si es que se acuerdan

o el día de los muertos si es que son recientes,

¿de otra manera cuando se visitan a los muertos?

los muertos se olvidan,

esto es solo una tradición,

 

La mercadotecnia aflora, las velas,

la tacha, las frutas, los moles,

los papelitos de colores que es un distintivo

de las ofrendas que se someten a concursos

ya sea por convocatoria,

por tradición o solo por poner en casa la mejor.

 

 

Para otros el Halloween,

que dicen que no es mexicano

¿acaso la muerte es solo para los mexicanos?

yo sabía que todos vamos al mismo destino.

Entonces…

¿es tradición o reverencia a la muerte?

 

Nosotros percibimos la muerte

de una manera muy peculiar,

utilizamos la sátira para burlarnos de ella,

la simbolizamos con el color de la muerte,

el cempasúchil.

 

Elaboramos hermosas catrinas que representan

mujeres bellas, de la alta sociedad,

así las caricaturas de Posada las mostraba,

que no eran sino mujeres indígenas

pero pretenciosas.

 

La famosa catrina garbancera,

la crítica y el bullying no se hacen esperar.

 

El día de muertos fusión indígena

y española pero que finalmente

es ofrendarle flores amarillas, rojas, luz y un altar,

sin embargo, mientras vivía

ese difunto o difunta ni flores tenía,

 

ni luz, así, que, a festejar mexicanos,

no olviden que los muertos vendrán

a comerse todo lo encontrado en sus altares.

Hablar de la muerte,

es sinónimo de reconocer que un día hubo vida

espero que un día sin idiomas y sin tradiciones

todos seamos uno,

donde el lenguaje de vida

sea dar esa luz, flores y esos banquetes,

pero mientras mi utopía avanza.

 

¡Celebremos mexicanos!

con moles y pipián, con mandarinas y cañas,

con caras pintadas y exuberantes atuendos.

 

Celebremos pues el día de muertos,

para así saber que cuando muramos,

habrá alguien que nos rinda un tributo,

los veamos alegres, con el mezcal y el tequila,

que no debe faltar.

 

Las fogatas,

los inciensos que arden hasta amanecer

tomando un rico café con piloncillo y canela,

pero hoy…

no soy catrina,

¡por hoy! soy una mujer.

 

Ivón Arce García.