Ramón Bonachí

Mi estimada rutina

Mi estimada rutina
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Una vez más se acerca sumisa la mañana,
con una claridad ¡tan grande!, que me ciega,
observo a la rutina como viene y se entrega,
tal como hiciera ayer, llamando a mi ventana.
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Al fallecer la tarde, la eterna caravana
de coches y de gentes, piden a gritos brega,
siguen el paso a paso de una inquietud que ruega
llegar cinco minutos más pronto esta semana.
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Veré miles de estrellas para cerrar el broche
a está quietud que inspira, sin saber el motivo,
mientras cuelgan luceros cual perlas en la noche.

Mañana tarde y noche mis rutinas escribo,
no saldrá de mi pluma ni un mísero reproche
porqué con ellas trato , porque con ellas vivo