C. Eduardo Barrios (Ex-Toki)

LA VIDA CONTINÚA POR PIEL

 

¿Cómo se podría aprender a amar?

 

No busquéis ser amado,

sino,

simplemente,

intenta en lo sucesivo

satisfacer sus necesidades,

a quien te ha conmovido profundamente;

cosas,

que no sabría

como obtener por sí misma;

ofreced una rosa

rosa

arrancada de las aguas de marzo;

observando atentamente sin interferir,

gratuitamente,

sin esperar nada a cambio,

delicadamente;

perfuma con gardenias

sus mañanas desoladas;

no ocupes su espacio vital,

mantiene cierta distancia,

aparentemente como ausente,

liberando canarios

agobiados de encierro.

 

Decidle que estás disponible

para luchar por su felicidad

más allá de todo,

sin pensar en tí mismo,

sólo lo justo e imprescindible

destinado al fin declarado

y hacerlo:

estremece su corazón con palabras fragantes,

declara verdades refrescantes,

pregunta si le gustan las almas trémulas o serenas,

y si siente la lluvia como una bendición en el pecho.

 

Dejadla llorar a sus anchas

facilitándole tu pañuelo de seda

con gotas de jazmín.

 

Vete al aire de los cielos,

le miras,

esperas

a que te de una señal.

 

Seas o no correspondido,

ese no ha sido el fin,

pues habéis amado

y lo llena todo.

 

Aumenta el radio de acción

del amor

a tantos cuantos puedas

perfeccionando cada paso

y si gozas con esa entrega

sin expectativas,

estás preparado para amar.

 

Ahora el infinito te pertenece

y comienzas a vivir

como todo un hombre,

sin flecos en tus alas;

tienes el portentoso bien.

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LOS ELEFANTES JAMÁS REGRESARON