Alek Hine

HICIMOS EL AMOR TODA LA NOCHE

Hicimos el amor toda la noche,

de modo que la luz del nuevo día

nos encontró plenarios y vacíos.

 

Amamos siendo lúbricos dementes;

dejamos que corriera todo instante,

 que hallara nuestros cuerpos enredados,

 calientes y con sexos pegajosos

cual dos hermafroditos caracoles,

 igual que las babosas en su idilio.

La noche penumbrosa fue tan breve...

 

Sedientos, conjuntamos nuestras bocas;

¡unimos nuestras lenguas, sitibundos!

¡Famélicos, a besos y a mordiscos

los dos nos devoramos como locos!,

sin pausas y sin tregua y sin descanso;

usamos esa tántrica energía

y técnicas de la prolongación,

sacamos usufructo de las horas;

lo hicimos en tan varias posiciones,

¡que parco se nos hizo el Kama Sutra!

 

Soltamos el deseo y los placeres,

colmamos nuestra cama de lujuria;

mojamos blancas sábanas sedeñas

con la expresión más vívida del sexo:

¡de hembra su final \'yaculatorio

y plena complacencia masculina

en forma de volcán en erupción!

 

Hicimos el amor toda la noche...