alupego (Ángel L. Pérez)

SOBREVIVIR ES LA NORMA

 

En la cuerda floja anda.
Sobre alambres se desliza.
En una línea muy fina,
El libre albedrío y la envidia,
deciden en la contienda.
Mientras la razón oscila,
no sabe si sana o enferma.

Sobre los hombros la vida.
Que va empujando sin prisa.
Constante pero segura,
de su licencia infinita.
La vorágine es del Hombre,
que a veces la precipita.
Y la consume voraz.
Más solo, su propia vida.

En el plato los manjares,
para aguantar la ventisca.
Es mejor un chubasquero,
con sentido de la vida.
Herramientas tan efímeras,
prematuramente arreglan,
las pequeñas averías.
Pero son sabias razones,
las que dan vida a la vida.

Late el corazón arrítmico,
buscando su sintonía.
Y entre saltos y bandazos,
bailando se precipita.
Roza su carne jugosa,
la ladina fantasía.
Que a veces le sobrecoge,
y otras le ensancha o le achica.
Palpitando entre emociones,
va descubriendo la vida.

Sonoras las carcajadas,
que la vida nos dedica.
Cuando intentamos burlar,
su constante acometida.
Y en una suerte de magia,
desde el vientre donde anida.
Impertérrito se afana,
el Hombre en seguir con vida.
Sobrevivir es la norma,
aunque la vida se ría.
A.L.
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