Alexandra L

Celos

Nos acompañan desde los orígenes
ocultos en  caricias, entre besos
yerba mala que crece en la conciencia
la ruin brutalidad de nuestros celos.

En el bosque frondoso de la vida
aparece pequeñito, discreto,
en un principio es casi halagador,
mas poco a poco pagaremos su precio.

Es hiedra que entreteje sobre el alma
envenenando el sentir más profundo
estrangula la fe y la esperanza
convierte el corazón en vagabundo.

Se expande en todas direcciones
cercando cada vez más su objetivo
dueño y señor su campo abarca todo
no deja espacio para un leve respiro.

En creciente locura, aísla, agrede,
descubre a cada paso traición, doble sentido
Y no creo en el cuento de pobre autoestima
de la poca confianza en sí mismo.

Hay quien juega a alimentar la bestia;
la rabia que acumulan el sentimiento,
sin alcanzar a ver lo peligroso,
la muerte baila al son, de un gran te quiero

Cuando tan solo aprisiona lo que cree suyo,
por único y legítimo derecho,
celos dolor que el alma enferma,
que alejan al amor sin un regreso.