I
Cuando querés tanto que tenés miedo a quedarte. Por si te hacen daño.
Cuando te marchás por querer tanto y te crees valiente.
Sólo estás haciendo más rápido eso que dicen amor. Sólo porque eres un cobarde.
II
Y cuando durmamos, tú encima de mí, ya no te vas a colar por mi pecho, cariño, ya no vas a entrar en mí.
III
Nunca creí que la necesidad de los que tienen los colmillos afilados
fueran labios de persona como tú.
IV
Todos los fantasmas de las heridas pasadas de los amores de un rato
de gente que no supo quererme
fantasmas intangibles que me rasgan una parte del alma
que en su completo silencio
me deboran desde dentro
se han convertido en carne
se han colado en tu persona
me van derribando los muros y ahora
me comen desde fuera.
V
Querer(te) bien.
Pedirte que te quedes
es como pedirte permiso para quererte.
Yo te quiero querer libre.
Y que tú quieras que te quiera libre.
VI
Soy de...
soy de mí.
Y si me olvido, recuérdamelo.
VII
Cuando algo se rompe no vuelve a como estaba antes.
Es como si le robaran una pieza al puzzle de tu vida.
VIII
Si no te tenes a vos,
si te perdes y no haces nada por encontrarte,
nada de lo que te pasa
te va a hacer sentir alguna emoción.
IX
Que quiero conocer tus miedos
y hacerlos canción.
X
¿Sabes qué duele más que tu ausencia?
Que yo estoy más ausente que tú.
XI
Tu risa
por la noche
hace eco en mi cabeza.
XII
Ausencias que salvan.
Todos se están yendo
y en vez de vaciarme
me lleno.
XIII
Estuve tanto tiempo en la oscuridad, que le tengo menos miedo que a ti.
XIV
Me hace feliz
sólo quererte.
Porque eso supone
que aprendí.
Y que alivio
supone sólo quererte
y no tenerte
para no descubrir
que sólo sé querer
cuando no eres mía.